Hace cinco años, por estas mismas fechas, presentábamos Toco la Tierra; Letanías, poemario esencial de Ángela Figuera Aymerich en una reedición crítica excelente (no vamos a andar ahora con modestias), en la Universidad de Derecho de Valladolid. Era la primera presentación de la primera obra de literatura de la editorial Páramo (previamente sólo una obra dentro de la línea de estudio "Nuestros Pueblos") por lo que podemos también considerar de facto el nacimiento de Páramo en aquel momento.
Lo celebramos con vosotros y vosotras agradeciéndoos la compañía y el apoyo. Por otros cinco años más, al menos.
Estas son las palabras que acertamos a pronunciar acerca de nuestras intenciones:
El principal motivo de la existencia de Páramo es el idealismo o la utopía que existe en la recuperación de la memoria de lo que entendemos como justo y de lo que nos hace como somos. Son las SEÑAS DE IDENTIDAD.
Toda seña de identidad es política o ideológica en mayor o menor medida. Nuestra seña de identidad se halla a medio camino del sentimiento castellano y de los valores republicanos. Veremos que hay una gran confluencia.
- Por un lado, en nuestras publicaciones queremos recuperar la noción noventayochista de Castilla. CASTILLA COMO CONCEPTO HISTÓRICO Y SENTIMENTAL. Esa Castilla que se pierde en el tiempo y con la que nos identificamos cuando paseamos por sus campos, que es como pasear por nuestra mente, por nuestra infancia e incluso por nuestro futuro una vez muertos. Es decir, la que nos trasciende.
- De la misma forma existe un SENTIMIENTO REPUBLICANO, sobre todo en eso de la libertad, igualdad y fraternidad que parece tan lejano e inalcanzable. Y más en este país sangriento en el que fue silenciado a golpes y aún hoy existen rescoldos de la época y divisiones en la sociedad.
Y es que nuestra Historia y su representación correlativa en la literatura están marcadas por los MOMENTOS DE DERROTA. Es la historia de la búsqueda y de la pérdida, de la valentía pero también del dolor y del sometimiento.
Desde este Páramo contemplamos las guerras intestinas del siglo XIX, las guerras a las que solo iban los pobres del cambio de siglo y el genio de nuestra literatura de la época como contrapunto, como si fuese la única forma de vida posible en un entorno tan opresivo. Contemplamos, por último, el desastre de la guerra civil; los derrotados, los muertos, los silenciados, los exiliados y los que aún esperan en las cunetas.
Ángela Figuera Aymerich enlaza con todo ello. Es consciente de la injusticia de su época y del dolor al que el pueblo está sometido y trata de espolearlo al tiempo que se lamenta. Por ello hoy sigue vigente y Toco la tierra es nuestra primera publicación.
Ángela conecta aquellos tiempos con los nuestros. Unos tiempos en los que seguimos viendo a diario el dolor en la calle y la lucha entre los dos mismos bandos de siempre: unos que tiran de la soga y otros que tratamos de quitarnos el lazo del cuello.